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La banda London London radicada en Miami sonó sus guitarras eléctricas, a las nueve y cuarto de la noche de ayer, en el Estadio Nacional de Futbol para dar inicio a una noche de fiesta, rock y recuerdos en el estelar concierto del grupo mexicano Maná.
Los cinco jóvenes aparecieron en el escenario donde el bajo de Arturo Pichardo le daba el toque mágico a la primera pieza de la noche.
La banda integrada por estos cinco artistas lució contagiada por la energía de los apasionados asistentes cuando interpretaron Veneno y Guerra.
La algarabía de los jóvenes no se hizo esperar, brincaban al ritmo de los teloneros de la noche interpretados con su peculiar género rock y pop alternativo que fueron coreados por los fanáticos, que desde tempranas horas hacían filas para escuchar a la banda mexicana.
La banda de música mexicana Maná regresó a Nicaragua y conquistó con sus canciones. |
Desde tempranas horas
Desde las siete de la noche se abrieron los portones, y grandes y chicos buscaron los mejores ángulos para apreciar el concierto de los roqueros mexicanos.
En los alrededores del campo deportivo, la gente se apostaba en sillas y bancas improvisadas, escuchando desde el otro lado de la barda la música de London London y de los mexicanos que han ganado cuatro premios Grammy, y siete premios Grammy Latinos.
Momentos antes de llegar los invitados especiales de la noche, los chicos de London London se despidieron entre el humo y luces, con ¡Viva Nicaragua!, agradeciendo la aceptación del público.
Iluminados por el amor
Las pantallas gigantes se iluminaron. Minutos después apareció Maná, Fernando Olvera con su guitarra, Juan Calleros en el bajo, Alejandro “Opita” González en la batería y Sergio Vallín, quienes esa noche iluminada tocaron las melodías de amor y desamor.
El primero en aparecer fue Fernando, el vocalista de Maná que vistió su casual traje negro, y cantóDe pies a la cabeza, mientras la gente gritaba desde sus sillas y con sus celulares dejaba inmortalizado ese momento.
Los juegos pirotécnicos estallaron en una noche poco estrellada, cuando Fer, dijo: “Quién me hará el amor en Managua, van a pasar una buena noche, los extrañaba un chingo”.
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