Estira la batería de tu portátil gracias a estos trucos

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La autonomía de los ordenadores portátiles es cada vez mayor gracias a componentes que consumen menos y a mejores baterías, pero siempre es posible estirarlas un poco más.

Suele suceder que justo en el momento más inoportuno, y cuando no tenemos ningún enchufe cerca, la batería de nuestro portátil nos avisa de que su capacidad está a punto de agotarse. Para evitar que se consuma rápidamente, así como para lograr una mayor vida útil, te proponemos una serie de consejos con los que disfrutar al máximo de toda la autonomía posible. Muchos de estos trucos también son aplicables a otros dispositivos móviles, como tabletas y smartphones (sobre todo los relacionados con las conexiones inalámbricas, el brillo y el calibrado).

1. Los modos de ahorro energético

En Windows se integra una valiosa herramienta que nos permite escoger entre diversos perfiles para ahorrar energía o hacer que todo funcione a plena potencia. Por norma general, podremos establecer que se active uno u otro en función de si el ordenador está conectado a un enchufe o no lo está.

Si entramos en Panel de control/Hardware y sonido/Opciones de energía, veremos todas las opciones disponibles. Asimismo, nos permitirá editar ciertos parámetros pinchando sobre Cambiar la configuración del plan, como por ejemplo para decidir tras cuantos minutos se atenuará el brillo de la pantalla o se apagará ésta por completo. Por otra parte, en las opciones avanzadas, incluso podremos determinar si queremos que el disco duro se apague tras un periodo de inactividad.

2. Ajusta el brillo de la pantalla

Las pantallas son uno de los elementos que más batería consumen, al estar permanentemente encendidas y emitir un halo de luz continuo. Por ello, si ponemos el nivel de brillo al máximo, repercutirá de forma clara y directa sobre la autonomía del ordenador. A menos que estemos utilizando el portátil conectado a la red eléctrica, conviene moderar el brillo en la medida de lo posible, ya que el tiempo adicional de duración que obtendremos es considerable.

Normalmente, se puede ajustar el nivel de brillo directamente desde una tecla establecida por el fabricante (por ejemplo, F4 y F5 si los pulsamos junto a la tecla Fn), pero siempre podremos hacerlo también desde la barra de tareas de Windows, haciendo clic sobre el icono con forma de batería y entrando en Ajustar brillo de la pantalla.

3. Desconexión inalámbrica

Junto al brillo de la pantalla, otro de los elementos que más incide en el consumo de un portátil son las conexiones WiFi y Bluetooth. En caso de que no vayamos a utilizarlas, es preferible desactivarlas y solo encenderlas cuando lo necesitemos.

Para desactivar el módulo Bluetooth o la red WiFi de nuestro ordenador (en el caso de que lo tenga), en Windows 8, abriremos el menú lateral y entramos en Configuración/Cambiar configuración de PC. En el apartado de Red inalámbrica, podremos apagar temporalmente ambos activando el Modo avión, o bien hacerlo por separado en las opciones que se muestran a continuación.

4. Recurre a imágenes de disco ISO

Si tenemos pensado utilizar la unidad óptica (para ver una película en DVD o escuchar música, por ejemplo) y no tenemos enchufado el portátil a la luz, gastaremos una cantidad importante de energía en el proceso. Por ello, recurrir en su lugar a las imágenes de disco en unidades virtuales es siempre una buena opción.

Primero, deberemos extraer o ripear el contenido con un programa como Daemon Tools, y una vez tengamos el archivo ISO (que será una copia exacta del contenido del disco) lo montaremos sobre una unidad virtual que se comportará de forma idéntica a la del lector físico. Además, de esta forma, también evitamos el molesto ruido que este componente suele hacer en funcionamiento.

5. De sentido común

El procesador es el principal responsable del consumo energético de cualquier ordenador; en función del uso que le demos, requerirá de más o menos energía. Por eso, lo mejor es ser consecuente y no dejar en ejecución ningún programa que no vayamos a utilizar, sobre todo si precisa de una elevada cantidad de recursos para funcionar.

6. Calibra la batería

Las baterías están formadas por compuestos químicos que se van deteriorando con el paso del tiempo. Así, tras cada proceso de carga y descarga, es posible que no lleguen a cargar al máximo de su capacidad (aunque el sistema operativo nos muestre que se encuentra al 100%). Por ello, es recomendable calibrarla aproximadamente cada dos meses, o cada 30 días si no solemos utilizar el portátil todos los días, ya que ayuda a recuperar y optimizar su capacidad original.

El proceso de calibrado es muy sencillo: basta con recargar la batería al máximo y dejar el equipo enchufado unas dos horas más. En ese momento, debemos desenchufarlo y podemos seguir trabajando con él hasta que la batería se consuma por completo, estado en el que lo dejaremos durante cinco horas o más (sin carga ni alimentación alguna). Por último, lo volveremos a conectar a la red eléctrica hasta que se vuelva a cargar por completo, y así su capacidad será nuevamente la máxima posible.

7. Monitoriza el estado y tiempo restante

Para no llevarnos sorpresas desagradables, como pensar que nos queda mucha batería todavía y a los pocos minutos descubrir que está a punto de agotarse, lo mejor es instalar un software que nos ayude a monitorizar en tiempo real su estado, como es el caso de BatteryCare.

Esta herramienta, además de ofrecernos estadísticas completas sobre la batería y su duración, nos avisa cuando se han cumplido un número de ciclos de carga y descarga para que llevemos a cabo el proceso de calibrado, y también nos permite activar modos de ahorro energético de forma automática o controlar fácilmente los programas que más recursos consumen.